Domingo Liotta: “La medicina cambió en lo técnico pero no en su fundamento, defender la vida humana”
El doctor Domingo Liotta cumplió 96 años el 29 de noviembre pasado. Es una de las personalidades más reconocidas a nivel internacional por sus trabajos pioneros en el desarrollo de un corazón artificial. En un contacto con Paralelo 32, el doctor Liotta se refirió a las actividades que no deja de desarrollar, sus opiniones sobre el humanismo médico, los cambios en la medicina actual. También hizo una reflexión personal sobre su colega fallecido, el doctor René Favaloro.
– ¿Qué proyectos desarrolla actualmente?
— En este momento soy vicerrector emérito de la Universidad de Morón, quizás la universidad privada más importante de la Argentina. Tengo la misión de escribir libros de texto de medicina para los alumnos, con la técnica docente que presentamos nosotros cuando enseñamos una materia a los alumnos. Hemos terminado el primero, que es de Anatomía Clínica. En este momento, prácticamente está finalizado el libro de Fisiología Clínica. Ahora estamos dando clases virtuales con alguna faceta presencial cuando dan los exámenes los alumnos.
– ¿Qué piensa de la actual situación con la pandemia covid19 y la cuarentena?
— Esta pandemia, que tanto nos preocupa a todos los argentinos y a todo el mundo, es una réplica de la pandemia que pasó en el siglo veinte, exactamente en 1918 y 1919, al finalizar la Primera Guerra Mundial. Creo que esta es aún un poco más severa. Estos virus se han especializado bastante bien, están atacando a todo el mundo y produciendo trastornos económicos y sociales graves. Creo que tenemos que responder a todas las premisas que nos exige el Ministerio de Salud de la Nación y las autoridades sanitarias de las provincias. Continuar con su prédica, considerar el aislamiento de las personas en todo lo posible, y tener una concurrencia de no más de diez personas, en forma privada o pública, para evitar la difusión de este virus. Esto tiene que terminar en algún momento, es bíblico, la Biblia dice que nada empieza si no tiene una terminación. Así que estamos esperando esta terminación cuanto antes (sonríe). Pero, creo que se va a proyectar hasta el año que viene. Es importante lo que organiza la OMS y se transmite a través de todos los gobiernos del mundo. Esta pandemia no deja de ser bastante preocupante por la cantidad de infectados y de muertos en cada país.
Humanismo y medicina
– Un tema en el que Ud. es reconocido, son sus reflexiones sobre humanismo médico. ¿Qué puede sintetizar sobre esta temática, de interés en estos tiempos?
— El humanismo médico es fundamental. En resumen se refiere a la defensa de la vida humana, lo más importante que existe en el Planeta Tierra. La vida humana: lo que ha conquistado el ser humano en inteligencia y en progreso, sobre todo desde el punto de vista de la investigación. Es fundamental como ha cambiado en pocos siglos, todo lo que tenemos. En estos momentos, casi nos vemos abrumados por tantas cosas que aparecen todos los días: computadoras, comunicaciones. Esto mismo que estamos haciendo con Uds., comunicarnos a distancia. Todo es producto de la investigación y la inteligencia del ser humano, que es lo más importante que debe defender el humanismo médico.
– ¿Cambió mucho la medicina en todos sus años de trabajo? En especial, los desafíos de la profesión y de la ética profesional.
— La medicina ha cambiado desde el punto de vista técnico, no ha cambiado en su fundamento, que vuelvo a repetir, está para defender la vida humana. Ahora, todos los progresos de la medicina han sido importantísimos, porque han seguido los pasos de la investigación general. De conseguir nuevos problemas y resolverlos.
Emigrar y volver
– Hoy hay muchos argentinos con una visión pesimista del país, gente que quiere emigrar o que reniega de nuestras dirigencias e instituciones. Ud. vivió muchas etapas, también emigró y regresó. ¿Cómo ve el país actual en comparación con el pasado?
— Pienso que salir del país y conocer el exterior es una cosa muy lógica, sobre todo en los jóvenes. Pero tienen que regresar al país, el mejor país que yo he conocido. Afuera de la Argentina uno no es más que un extranjero. Pasen los años, pase el tiempo no deja de ser un extranjero. Los años que yo pasé afuera fueron para mejorar mi preparación en la investigación clínica, sobre todo en cirugía cardiovascular. Pero, inmediatamente conseguido ese propósito, regresé al país y brindé acá todos los conocimientos que había recibido. Siempre recuerdo al más grande profesor que tuve, el doctor Pablo Luis Mirizzi, profesor de Clínica Quirúrgica en Córdoba. Él siempre me acompañó en todos sus consejos y ya jubilado, a fines del año 1963, le escribí una notita diciéndole que me habían puesto en posibilidad de servicios en Hong Kong. Él me contestó enseguida ‘terminada su investigación y su preparación técnica, su adiestramiento en la especialidad que está siguiendo, debe regresar a la Argentina, inmediatamente, y brindar sus conocimientos en su patria’. Ese fue el mejor consejo que he recibido de un gran hombre como lo fue Mirizzi. Está bien que puedan salir y aprender en muchos aspectos, pero deben regresar.
Argentina, país hermoso
Al finalizar la entrevista con Paralelo 32, que se realizó vía whatsapp, facilitado el enlace a través de su hijo Patrick, el doctor Liotta dejó un mensaje a los lectores en el que subrayó que “vivimos en un país hermoso, la República Argentina”. Y agregó: “Si los jóvenes quieren salir a perfeccionarse afuera, pueden hacerlo. Pero deben regresar a la Argentina, porque afuera no dejan de ser extranjeros”. Subrayó: “No vayan a creer que en el mundo no están pasando los problemas que nos pasan a nosotros acá. Pasan, y con mayor gravedad. Acá estamos listos para corregir y no criticar tanto, sino criticar en la medida que corresponda. El comentario y la reflexión deben hacerse. Y la corrección posible de lo que uno piensa, debe hacerse. Pero dentro de ciertos límites y sin faltar el respeto a la gente. Estamos viviendo en un gran país, es mi mejor mensaje para los jóvenes y para los adultos”.
Quién es
Domingo Santo Liotta (Diamante, 29 de noviembre de 1924) es médico cardiocirujano recibido en la Universidad Nacional de Córdoba. Fue reconocido internacionalmente por su labor en el uso clínico del corazón artificial. Por este tema entre 1963 y 1969 fue co-director de Baylor-Rice Artificial Heart Program, en Estados Unidos. El 4 de abril de 1969, junto al cirujano Denton Cooley, implantó el primer corazón artificial total, en una operación realizada en el Hospital de Texas (Estados Unidos). El año pasado se cumplieron 50 años de ese gran hito en la historia de la Medicina.
Fue Secretario de Salud durante el tercer gobierno de Perón (1973-1976), cuando creó el Sistema Nacional Integrado de Salud. También, durante la presidencia de Carlos Menem, entre 1994 y 1996 fue secretario de Ciencia y Tecnología y presidente del Conicet, principal ente científico nacional. A lo largo de su vida recibió importantes distinciones nacionales e internacionales. Actualmente es vicerrector emérito de la Universidad de Morón, universidad privada ubicada en el partido homónimo del Gran Buenos Aires.
Polémico: “Favaloro no hizo el primer bypass”
– A menudo, en la lista de eminencias médicas argentinas, su nombre aparece ligado a otra personalidad, como lo fue el doctor René Favaloro. Desde su perspectiva, ¿en qué se parece y en qué se diferencia de él?
— La pregunta con respecto al doctor Favaloro es delicada y merece mucha reflexión. Ha cundido en la población argentina una imagen que quizás no sea la imagen que corresponde. Trascendió a través de él, de cosas que ha manifestado, la gente que trabajaba con él, y quizás empresas argentinas que se ocupan de promocionar centros y servicios médicos, por supuesto con una remuneración importante.
Cuando yo estaba en el Hospital Italiano esa misma gente me fue a ver, e inmediatamente los rechacé. No es cierto que el doctor Favaloro realizó la primera operación de revascularización coronaria (bypass). Porque la primera la realizó un ruso en San Petersburgo (en esa época, Leningrado, N. de R.), en febrero de 1964. En noviembre de 1964 realizamos, en Occidente, la primera revascularización en el Hospital Metodista de la Baylor College of Medicine en Houston (Texas, Estados Unidos). Creo que el doctor Favaloro, después de tres o cuatro años, realizó la primera en la Cleveland Clinic. Vale decir que, en primer término no es cierto que haya realizado la primera revascularización, como he visto en muchos informes. Después creó la Fundación, una fundación muy importante en Argentina. Pero no tenía dinero y tuvo que recurrir a los presidentes de facto después de 1976, en la dictadura militar. Fue a pedirles millones de dólares. Y se exigía no informar dónde se colocaba ese dinero. La última vez que yo fui testigo de esto fue con el presidente Menem. También fue a pedirle dinero. Por supuesto que es un hombre por quien debemos ser respetuosos ante todo. Pero en la Cleveland Clinic lo único que hizo fue aprender de un hemodinamista, el doctor Mason Sones, el primero que hizo en 1958, angiografía coronaria. Yo estuve en la Cleveland Clinic en 1961; Favaloro llegó en 1962 o 1963 y se le pegó a Mason Sones, aprendió y difundió todas sus técnicas. Es un mérito muy importante. Después, su final, realmente, es lamentable, y debemos tener un gran respeto. Favaloro sufría de depresiones profundas.
Tres meses antes de suicidarse me visitó en calle Monroe y Vuelta de Obligado, donde tenemos una unidad del Conicet. Todos los médicos que estaban trabajando conmigo notaron la depresión que tenía en ese momento. Favaloro pasaba de una posición eufórica a una depresión profunda. Lo dice todo cómo terminó, pegándose un tiro, nada menos que en el corazón, el órgano que él tanto había estudiado y valorado.