Dejaron de ir a la plaza por el excremento de aves que se posan en los plátanos
Victoria.- Vecinos de Plaza Mariano Moreno buscan que se arbitren “urgentes medidas” con el problema que les produce la proliferación de aves (golondrinas mayoritariamente), su excremento y la insuficiente limpieza de la plaza como de las calles. Así lo han dejado por escrito en una nota donde están reuniendo firmas que elevarán a la brevedad a las autoridades municipales.
En la copia ya firmada por una veintena de ellos a la que accedió Paralelo 32 (donde aparecen taxistas de la parada que hay allí, varios profesionales, comerciantes, entre otros)dejan en claro que esta situación de meses, “nos lleva a vivir encerrados ya que el olor nauseabundo nos invade, incluso en nuestras propias casas”. Y consecuentemente han dejado de disfrutar de ese pulmón verde en toda su magnitud.
En diálogo con María Gabriela Reitú, quien se dio a la tarea de reunir las firmas para la presentación, nos mencionó además que varios de los vecinos están teniendo problemas de salud, primero porque algunos son alérgicos a los ácaros que proliferan debido a las plumas, otros sufren de asma, y últimamente también han registrado casos gastrointestinales.
Bajo ningún concepto ellos piden que se exterminen las aves—allí también siempre hay palomas—o podar anticipadamente los árboles. Apelan a la voluntad de quienes conocen del tema, con responsabilidad de acción y pueden aportar una solución sustentable para el ambiente, que a la vez devuelva a ese paseo toda su importancia.
“No sabría precisar bien la fecha, pero se inició con el aumento de la temperatura y las pocas lluvias. En invierno, si bien la poda es defectuosa y tardía, estas aves tienen menos refugio donde estar”, cabe añadir que el árbol más frecuentado es un tipo de plátano, que ya le ocasionó varios dolores de cabeza a quienes los tenían de sombra en la vereda del Banco Entre Ríos, y por añadidura la Basílica y edificio municipal. Allí, lejos de una poda controlada se llegó a sacar las especies del frente de este último, pero todavía se conservan las especies del perímetro del centro cívico. Sin embargo, la entrevistada reconoce que fue desde ese tiempo que se produjo una migración a esta plaza. Además, al recorrer el lugar se nota que en los otros árboles que tiene Moreno, hay menos concentración de pájaros y menos excremento en sus hojas.
De todos modos, el olor predominante por estas deposiciones y las miles de plumas que se van juntando en la vereda interna y la calle, hacen que a los minutos de estar allí se dimensione lo complejo que debe ser para quienes pasan meses atravesando esta situación. Realmente es insalubre el escenario, sumado a que allí está una de las escuelas con mayor población de la ciudad como es Laprida, que por su ciclo superior también recibe alumnos a contraturno para cursar distintas carreras y tecnicaturas que allí se brindan.
Cada uno de los consultados—Paralelo habló con varios de los vecinos además de María Gabriela—destacó que los placeros lavan con predisposición las veredas por la mañana, “pero en cuestión de horas está igual”, parece una empresa imposible lograr que se mantenga despejado el paso de deyecciones (sumemos allí alguna que otras heces de perros) y libre de malos olores, y aunque algunas personas lo naturalizan como parte del paisaje, nada hace poderable cómo se ha desmadrado este espacio respecto de la proliferación de aves y sus excrementos. Por momentos es irrespirable para quien no tiene el hábito de circular por allí.
Imaginen lo que han sido estos días de humedad y extremo calor. Todo un desafío para profesionales como los odontólogos que están frente a la plaza, de quienes se sabe dejaron de abrir las ventanas para mantener esterilizado el ámbito de sus prácticas.
En cuanto a los vecinos que suelen aprovechar la sombra de los frondosos plátanos, surgen teorías de cómo se debería podar, remedios caseros para no fumigar —aunque dicen que tampoco se llegó a realizar un control en este sentido—y de nuevo, el pedido de evitar que se haga una poda que dañe a los árboles.
“Cuando les pedimos firmas a los placeros y taxistas, entre otros, los primeros nos comentaban que no tenían guantes o mascarillas para esta tarea de limpieza. Además, me tomé la tarea de sondear a personas que tenían un problema de salud de base, a quienes se les han agravado sus cuadros de alergia y/o asma. También hay una vecina que está a casi una cuadra de la plaza que registra problemas gastrointestinales ligándolos a esta cuestión de las aves”.
El equilibrio entre el ambiente saludable y natural con las actividades del ser humano, como es el esparcimiento o disfrute de espacios verdes, no se cumple en Plaza Moreno. Sus vecinos están cansados de esperar que la naturaleza regule algo que se salió de cauce, y el calor extremo provoca más inconvenientes a quienes viven en las inmediaciones, “eso que pasa en la plaza se traslada a nuestros patios, o veredas. No se puede uno pasar limpiando todo el día, y por las noches se incrementa la actividad y las consecuencias”, advirtieron. También dicen que sus hijos ya no quieren ir a jugar a este lugar por el mismo motivo.
La prueba la puede hacer cualquiera de nosotros, basta con estacionar el automóvil unos minutos bajo esas frondosas latitudes para comprobar el impacto que puede tener en quienes van allí. Pero lo más preocupante es cómo esta situación no tiene solución más allá de la limpieza diaria e insuficiente frente al tremendo contexto de proliferación de aves.