Confinamiento global se convierte en experimento ambiental
La contaminación y la emisión de gases se han reducido alrededor del mundo con los países tratando de contener el brote de coronavirus ordenando a sus ciudadanos permanecer en casa.
Entre los factores desconocidos de este nuevo virus está qué clase de efecto a largo plazo tendrá en el medio ambiente.
Desde el inicio del brote en diciembre pasado y la subsiguiente pandemia, los negocios han cerrado, las aerolíneas han recortado sus servicios, y cada vez más gente está trabajando desde la casa o no trabajan del todo, reduciendo el tráfico de vehículos al mínimo.
El cierre global se ha convertido sin proponérselo en un experimento mundial de reducción de gases tóxicos.
La NASA publicó recientemente imágenes satelitales del noreste de Estados Unidos, revelando una reducción del 30 por ciento en contaminación del aire sobre áreas metropolitanas densamente pobladas. La información indica que el dióxido de nitrógeno, que se origina en los combustibles fósiles y en la generación de electricidad, tiene actualmente los niveles de emisión más bajos desde el 2005.
En Wuhan, China, el polo de manufactura donde surgió el brote, la NASA reportó que los niveles de contaminación se han reducido entre un 10 y un 30 por ciento desde que China adoptó severas medidas de confinamiento a finales de enero.
En el norte de Italia, otra región industrial y de mucho tráfico vehicular, se ha visto una reducción del 40 por ciento del dióxido de nitrógeno desde que empezó la cuarentena a inicios de marzo.
«Esto te muestra de dónde proviene la contaminación”, dijo el doctor John Balmes, profesor de medicina y portavoz nacional de la Asociación Pulmonar Estadounidense. “Viene de los vehículos motorizados y fuentes industriales que, con la economía básicamente paralizada, tenemos mucho menos emisiones de esas fuentes”.
Algunos ambientalistas ven esto como una oportunidad para hacer avances significativos para prevenir serias consecuencias del cambio climatológico. Otros dicen que mientras el confinamiento global ha resultado en aire más limpio, las consecuencias de la pandemia no han sido positivas en general para el medio ambiente.
Más contaminación plástica
Los desechos plásticos se han vuelto un tema importante, mientras ciudades en todo el mundo han suspendido sus programas de reciclaje debido a las preocupaciones de los funcionarios de que haya contagio en las plantas recicladoras.
En Europa, las opciones para el desecho de la basura se han reducido. En Italia, se le ha prohibido a las personas contagiadas a hacer una clasificación de su basura, entre lo descartable y lo reciclable.
Sumando al aumento de desechos plásticos está la alta demanda de productos esenciales como agua embotellada, mascarillas, guantes quirúrgicos, toallas sanitarias y gel desinfectante.
Aunque muchas compañías en años recientes han tomado pasos para reducir la demanda de productos plásticos descartables, algunas compañías han regresado desde entonces a estos productos para ayudar a reducir la contaminación a pesar de que expertos advierten que los plásticos descartables pueden acarrear virus y bacterias.
Nueva York ha pospuesto su prohibición de bolsas plásticas. Starbucks temporalmente bloqueó a clientes que pedían rellenos en sus propias tazas reusables, según Waste360, una asociación que monitorea la industria del desecho. En su lugar, los rellenos de café se sirven en tazas de papel.
Con tantos consumidores en distanciamiento social en sus casas, ha habido un aumento de los desechos caseros, en la medida que las personas compran por internet u ordenan comidas con entrega a domicilio que requieren mucho empacado.
Los desechos médicos de los hospitales también están en aumento. Durante una reciente conferencia de prensa del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente, se reportó que los hospitales en Wuhan, China, están produciendo más de 200 toneladas de desechos al día, en comparación con las 50 toneladas diarias previas a la pandemia.
Impacto a largo plazo
Los expertos dicen es difícil predecir cuánto tiempo durará la pandemia y cuál será su impacto ambiental y económico.
Balmes, de la Asociación Pulmonar Estadounidense, dijo que la incertidumbre es preocupante.
«Lo que me preocupa es que aunque puede haber apoyo público para transporte limpio y generación de energía limpia, la economía tendrá que ser reactivada”, dijo. “Y me preocupa que habrá un aumento enorme de las emisiones de gases al reactivarse la economía. Pero deberíamos poder hacer las dos cosas, reactivar la economía y tener cuidado con un aumento en las emisiones”.
Balmes no es el único experto preocupado sobre las emisiones de gases después de la pandemia.
Mathis Wackermagel, fundador de Global Footprint Network, advirtió de un posible disparo de las emisiones. Aún después de levantarse las cuarentenas y medidas de emergencia, el combustible fósil será relativamente barato, ocasionando una estampida global para obtener este recurso a precios baratos para reactivar las economías, dijo recientemente Wackermagel en una entrevista a una emisora en Los Angeles, California.
En un artículo publicado recientemente en un blog, el presidente de Global Footprint Network, Laurel Hanscom, escribió: “La sostenibilidad, hemos dicho frecuentemente, será alcanzada eventualmente, por desastres o por diseño. Con las calles vacías y los aviones en tierra, la contaminación ha bajado, y la huella global de carbón se ha reducido. Esto no era lo que teníamos en mente”.
Balmes está de acuerdo que la forma de avanzar es tomando mejores decisiones.
«Espero que como Sociedad, entendamos que tenemos que ser más serios sobre el cambio climático”, dio Balmes.