Cómo afecta la bajante histórica del Río Paraná a la comunidad y qué pronostican los expertos
Una bajante récord en el Río Paraná fue registrada por expertos, que estiman que podría continuar hasta octubre con consecuencias preocupantes.
Esta bajante, que ya fue calificada como el estiaje más largo de la historia desde 1884, trajo cambios en la vida ambiental, productiva y social de la comunidad más afectada: la entrerriana. En los puertos de la provincia, los límites de aguas del Paraná están muy por debajo de lo esperable para estas épocas.
Desde el Instituto Nacional del Agua (INA), consideran que podría registrarse lapsos con una recuperación “acotada y efímera”, pero no creen que la situación mejore ni se produzca un “rápido retorno a la normalidad”, al menos hasta octubre de este año.
Desde su inicio, en 2021, el río recuperó una tendencia alcista sin alcanzar su normalidad y volvió a caer a fines de ese mismo año.
Las consecuencias de la histórica bajante del Río Paraná
¿Qué cambios inevitables provoca en la vida ambiental, económica, productiva y social?
Tal como alertaban los expertos, la bajante récord trae consecuencias directas sobre el ecosistema del lugar.
Al momento, entre los efectos más visibles:
· Perjudicó a la fauna íctica dejando seco el valle de inundación, donde los peces se refugian, alimentan, reproducen y crecen.
· Generó inconvenientes en el riego de cultivos y complicó las producciones industriales que necesitan captar agua.
· Aumentó los problemas de incendios en las islas
· Acrecentó los problemas de contaminación del agua, ya que con la bajada del río se reduce la capacidad d dilución de los afluentes crudos o industriales.
Por su parte, el secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, enumeró otros rubros en los que la bajante del Paraná impactó: “Golpeó fuertemente a acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores. Las barcazas comerciales tuvieron que adecuarse a transportar mucha menos cantidad, lo que ralentizó la navegación y ha encarecido enormemente el transporte fluvial”.
En la misma línea se pronunció la secretaria de Ambiente de la provincia, Daniela García: “Es una situación histórica particular que nos enfrentó a una situación compleja desde lo ambiental. Esta situación que seguirá hasta 2025 puso en crisis la producción, tuvimos serios problemas con incendios y destruye el hábitat de la fauna”.
Los números de la bajante del Río Paraná
En este momento, el río posee una altura de 86 centímetros en la capital provincial, y está lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros).
Mientras tanto, en el noroeste entrerriano, en La Paz, el río Paraná alcanzó los 1,52 metros de altura, menos de la mitad de su límite de aguas bajas (3,20 metros), y lejos de los 3,60 que la Prefectura Naval Argentina (PNA) registró como promedio entre 1996 y 2021 para este mes.
Hacia el sur entrerriano, en puerto de Diamante, el río establece su nivel en 1,14 metros, por debajo de los 2,40 metros esperable como límite de aguas bajas; también está por debajo del promedio histórico de 3,88 de los últimos 25 meses de agosto.
En la costa de Victoria, el río Paraná se encuentra con 1,70 metros de altura, también por debajo del índice en aguas bajas (2,60) y de sus 3,59 registrados como nivel promedio.