Ciencia
Científicos del CONICET participan en un proyecto internacional para transformar residuos cerveceros en bioestimulantes y cervezas funcionales
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Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) forman parte de un consorcio internacional y multidisciplinario que busca convertir uno de los principales desechos de la industria cervecera en un insumo con alto valor agregado. El objetivo central es desarrollar un estimulante biológico de semillas enriquecido con selenio a partir del bagazo de cerveza (BSG, por sus siglas en inglés), un residuo de gran volumen generado durante la elaboración de cerveza.
La iniciativa, denominada BrewSelBar, persigue un doble propósito: mejorar la tolerancia al estrés climático en los cultivos de cebada y, al mismo tiempo, promover la producción de cervezas funcionales con propiedades beneficiosas para la salud.
“El proyecto tiene por objetivo agregar valor a subproductos de la industria cervecera, que es prominente en la región. Queremos generar un bioestimulante para semillas que incremente la tolerancia de las plantas de cebada al estrés por sequía y altas temperaturas”, explicó la investigadora María Gabriela Guevara, directora del grupo Bioquímica Vegetal del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB, CONICET-UNMDP) y una de las referentes del proyecto.
Una red internacional para la innovación
BrewSelBar reúne a instituciones académicas y empresas de Argentina y Europa. En el país participan la Universidad Nacional de Mar del Plata y la cervecería Antares; mientras que en Europa lo hacen la Universidad Autónoma de Barcelona (España), la Universidad Técnica de Dinamarca, la Universidad Técnica de Berlín (Alemania) y las empresas Semillas Battle S.A. (España) y Redinn S.R.L. (Italia).
De residuo a recurso estratégico
El bagazo de cerveza, por su alto contenido en fibras y nutrientes, ya se emplea en alimentación animal, como sustrato para la producción de bioetanol e incluso como harina para panificados. Sin embargo, una gran proporción termina en basurales, lo que incrementa la emisión de gases de efecto invernadero.
“Esta sería otra forma de aprovecharlo y valorizarlo, ya que el problema de estos subproductos biológicos es que, al disponerse en basurales, incrementan las emisiones de gases invernaderos”, señaló Guevara.
Biofortificación y salud humana
El bioestimulante desarrollado permitirá obtener granos de cebada biofortificados con selenio, micronutriente esencial para el sistema inmunológico. A partir de esos granos, el proyecto apunta a elaborar cervezas funcionales, en principio sin alcohol, que aporten beneficios adicionales para la salud.
Según la investigadora, la deficiencia de selenio es un problema nutricional global:
“A nivel mundial, una de cada siete personas tiene una dieta con deficiencia en selenio. Argentina no es una excepción y cuando comemos plantas provenientes de suelos con una baja concentración de selenio o carne de animales que se alimentan de esas plantas, no estamos incorporando el suficiente selenio en nuestras dietas”.
Un paso hacia la agricultura sostenible
Con esta iniciativa, los investigadores buscan no solo ofrecer una solución para la reutilización de un subproducto abundante, sino también contribuir a la sostenibilidad agrícola mediante el desarrollo de cultivos más resistentes a factores ambientales extremos.
El desafío de BrewSelBar, entonces, se proyecta más allá de la ciencia y la industria: busca tender un puente entre la innovación tecnológica, la reducción de residuos y la mejora de la salud humana.