Cartas de San Martin a su amigo Tomas Guido
El Día de la Soberanía Nacional se celebra anualmente el 20 de noviembre, en conmemoración de la Batalla de la Vuelta de Obligado, librada ese día de 1845. La Confederación se encontraba gobernada por Juan Manuel de Rosas, quien al mismo tiempo ejercía como gobernador de Buenos Aires.
Con pretensiones económicas y deseosos de expandir sus mercados, las dos más grandes potencias económicas y políticas de la época, Gran Bretaña y Francia, se unieron para atacar a la Argentina. El brigadier Rosas encargó al general Lucio N. Mansilla conducir la defensa en el río Paraná.
Con referencia a la intervención imperialista europea en el Río de la Plata el general San Martín, desde Grand Bourg, Francia, le escribe a su amigo Tomás Guido en estos términos: es inconcebible que las dos más grandes naciones del universo se hayan unido para cometer la mayor y la más injusta agresión que puede cometerse contra un Estado Independiente. Ahora más que nunca siento que el estado deplorable de mi salud no me permite ir a tomar una parte activa en defensa de los derechos sagrados de nuestra Patria… Los interventores habrán visto que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca». Y más adelante felicitaría a Rosas: «La batalla de Obligado es una segunda guerra de la Independencia». Y al morir, en reconocimiento a la resistencia de la Confederación y «como una prueba de la satisfacción que como Argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla», le legó su sable corvo que lo acompañó en toda la Guerra de la Independencia de la América del Sud.
Raúl Pedemonte (Paralelo 32)