Argentina es un país que combate la angustia y el aislamiento con pastillas
Por Hugo Schira (redacció[email protected]).- El alerta lo ha dado un informe de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) que divulgó la existencia de un gran crecimiento de ventas de psicofármacos durante la pandemia. Los números de la entidad son categóricos. En 2021, se destacan: los medicamentos para neuróticos con crecimientos que van hasta un 10,04%, los hipnóticos y sedantes con 9,18% y los antipsicóticos crecieron 8,59%.
Por otro lado, un estudio realizado en cinco provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el que participaron personas de seis localidades entrerrianas, mostró razones que explicaron el incremento del consumo de psicofármacos ante las medidas de restricciones sociales impuestas para frenar la covid-19.
Consumo en alza
Nuestro país muestra un creciente consumo de psicofármacos desde hace más de diez años, situación que en el último año y empezada la pandemia, se profundizó por razones sociales y psicológicas.
Específicamente, los psicofármacos que se venden bajo receta archivada clonazepam y alprazolam, que se encuentran entre los 15 más vendidos en el país. Los mismos actúan sobre el sistema nervioso central y son utilizados para tratamientos psiquiátricos. La tasa de crecimiento de la cantidad de unidades dispensadas de estos remedios supera varias veces el promedio general.
En comparación con 2019, durante 2020 se vendieron 187.009 unidades más de clonazepam y 286.801 unidades más de alprazolam. Cantidades que triplican y quintuplican el promedio general de unidades dispensadas el año pasado. Los medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central mostraron un crecimiento de 6,50% en 2020, alcanzando las 6.990.573 unidades. Son datos del Observatorio de Salud Medicamentos y Sociedad de la COFA, publicados en agosto pasado.
En Argentina, antes de la pandemia, se estimaba que 15 de cada 100 ciudadanos adultos (casi 3 millones de personas) consumía drogas bajo receta. También, 2 de cada 10 personas que consumieron alguna vez tranquilizantes, lo hicieron con receta médica y luego continuaron por su cuenta.
Trastornos por covid-19
El consumo sin receta médica se disparó a 31,7% entre los hombres y 14,2% entre mujeres durante la pandemia. La razón del aumento de psicofármacos se debió en parte a los trastornos en la salud mental que trajo la Covid-19 como el insomnio y los problemas de sueño; también a otros problemas que algunas personas tenían hace mucho tiempo sin saberlo porque habían generado hasta el momento barreras para superarlos, como la ansiedad, y por otro lado a la inadaptabilidad de algunos a los cambios de hábitos, rutinas y horarios. En el caso de los adolescentes, buena parte de ese consumo se hace para “estar a la moda”, según el informe de COFA.
Estudio en Entre Ríos
En abril de este año se publicó un “Estudio nacional sobre las modificaciones en los consumos de sustancias y las respuestas asistenciales implementadas a partir del ASPO por Covid-19”, elaborado por la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar) y cinco universidades del país. Por Entre Ríos participó la Cátedra de Psicología Social, de la Licenciatura en Psicología de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos. El equipo entrerriano estuvo formado por los investigadores y docentes Alejandro Heinrich, Verónica Odetti, Juliana Sampietro, Osvaldo Zeballos y Marta del Carmen Zeballos. Otras universidades participantes fueron las nacionales de Lanús, San Martín, Río Negro y Tucumán y la Universidad Provincial de Córdoba.
El estudio se centró en grupos focales virtuales, con 159 personas de 18 a 66 años, 82 mujeres, 76 varones y un no binario, residentes en centros urbanos de cinco provincias (Buenos Aires, Entre Ríos, Tucumán, Río Negro y Córdoba) y CABA. Por Entre Ríos, los participantes eran de Colón, Concordia, Concepción del Uruguay, La Paz, Paraná, San Benito y Villaguay.
Mujeres sobrecargadas de trabajo
Uno de los aspectos investigados fue el consumo de medicamentos de forma autoadministrada. Sobre este punto, en las conclusiones, entre quienes manifestaron haber consumido medicamentos de forma autoadministrada se destaca en el informe:
• El testimonio de mujeres adultas sobrecargadas por la cantidad e intensidad de las tareas de cuidado propio y familiar a partir del período de ASPO. El consumo de psicofármacos apareció relacionado a situaciones de estrés o ansiedad ligadas a la sobre tarea cotidiana, a partir de la incertidumbre que generó la prolongación en el tiempo del ASPO o a cambios experimentados en el sueño.
• Fue especialmente estresante para quienes participaron de tareas comunitarias y solidarias en sus barrios y para quienes los problemas de conectividad hicieron aún más dificultoso el acompañamiento escolar de niños y adolescentes.
• Hubo personas que relataron uso automedicado de fármacos de venta libre como Ibuprofeno, Sertal o Migral para distintos malestares físicos relacionados con los cambios en las rutinas, las tareas de cuidados o las formas que se llevaron a cabo las tareas del trabajo en el hogar.
Acciones urgentes
Los resultados no dieron grandes diferencias entre provincias, el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO, implementado en el primer tramo de la cuarentena), se vivió de manera similar por todos como una situación excepcional y tensionante.
Entre las acciones urgentes ‘para ahora’ y también para ‘el día después’ de la pandemia, revertir los problemas de salud mental y establecer un ambiente social más sano, deben figurar entre las prioridades de salud pública de nuestras autoridades.
Consumo excepcional y transitorio
El carácter excepcional de las medidas de cuarentena en la pandemia explica el incremento de consumo de fármacos sin medicación. “Si otros consumos como los de alcohol o tabaco pudieron estar atravesados a la vez por sentimientos relacionados al disfrute, la relajación o a situaciones de ansiedad, el consumo de medicamentos con o sin prescripción se presentó como ‘excepcional’, transitorio, por el menor tiempo y la menor cantidad de sustancia posible, hasta volver a restablecer cierto equilibrio considerado como perdido, ante la desestructuración producida por el ASPO”, resume el informe de Sedronar y las universidades.