Sociedad
Argentina ante el envejecimiento acelerado: un desafío urgente para las políticas sociales

Un nuevo informe de REDIFAM y la Universidad Austral revela una de las transiciones demográficas más profundas de América Latina y alerta sobre la necesidad de reformas estructurales en el país.
En el marco del Día Mundial de la Población, un nuevo informe publicado por la Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de Familia (REDIFAM) y la Universidad Austral advierte sobre el proceso de envejecimiento acelerado que atraviesa Argentina. Con una natalidad en franco declive y una esperanza de vida en aumento, el país enfrenta una de las transiciones demográficas más avanzadas de América Latina, lo que plantea un desafío urgente para sus sistemas de salud, previsión social, empleo y cuidado familiar.
Un giro demográfico sin precedentes
Según el informe, Argentina registra actualmente una Tasa Global de Fecundidad de apenas 1,4 hijos por mujer, muy por debajo del umbral de reemplazo generacional (2,1). Además, la Tasa Bruta de Natalidad es de solo 9,9 nacimientos por cada 1.000 habitantes, una de las más bajas de la región. Estos indicadores confirman una tendencia preocupante: el país ya ha alcanzado una relación 1:1 entre nacimientos y defunciones, lo que marca el fin del crecimiento poblacional por vía natural.
Esta caída en la natalidad comenzó a profundizarse alrededor del año 2015 y se agudizó tras la pandemia de COVID-19, que alteró las dinámicas familiares, económicas y sociales. En paralelo, la esperanza de vida alcanza los 78 años y la edad mediana de la población es de 32,9 años, consolidando un perfil demográfico adulto.

Cambios en la estructura familiar y desafíos en el cuidado
Uno de los datos más reveladores del informe es el crecimiento sostenido de los hogares unipersonales. En Argentina, representan el 24,6% del total —el porcentaje más alto de América Latina—, mientras que los hogares nucleares (formados por padres e hijos) descendieron al 57%. Los hogares extendidos (que incluyen a otros parientes o generaciones) se mantienen en torno al 17%.
Esta transformación refleja una reconfiguración de los vínculos familiares que impacta directamente en el acompañamiento de las personas mayores y en la organización del cuidado, tanto informal como institucional. La ausencia de datos unificados sobre divorcios y rupturas familiares también dificulta el monitoreo y diseño de políticas efectivas en esta área.
Un llamado a repensar el futuro
“Argentina ya no es un país joven, y eso exige decisiones políticas firmes e integrales. Debemos repensar nuestros sistemas de salud, laboral, de previsión social y cuidado familiar para sostener una población cada vez más longeva”, afirmó la Dra. Lorena Bolzon, presidenta de REDIFAM y decana del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral.
Lejos de tratar el envejecimiento como una carga, el informe propone abordarlo como una oportunidad: reconocer el valor de las personas mayores y fomentar su rol activo en la sociedad. Para ello, se requieren políticas públicas con un enfoque intergeneracional, solidario e intersectorial, que contemplen tanto la sostenibilidad económica como la cohesión social.
El cambio demográfico en Argentina es un fenómeno irreversible que exige respuestas urgentes. La transición hacia una sociedad envejecida plantea preguntas clave sobre el futuro del trabajo, las pensiones, la salud y el cuidado. Pero también ofrece una ocasión única para rediseñar el contrato social, promoviendo una cultura del cuidado inclusiva y equitativa para todas las generaciones.