Terremoto en Turquía: El testimonio de una crespense desde el país del Medio Oriente
El lunes 6 de febrero, con nueve horas de diferencia, se produjeron dos terremotos muy potentes en el sur y centro de Turquía y norte de Siria. A raíz de la caída de viviendas y otros destrozos, más de 16 mil personas perdieron la vida y más de 50 mil quedaron heridas. A raíz de la situación planteada, Paralelo 32 contactó con la crespense Bárbara Godoy, quien vive en el país euroasiático. Comentó que ni ella ni su familia en Turquía sufrieron daños porque están alejados de las regiones afectadas, pero señaló que el país está profundamente impactado por los desastres ocasionados por el movimiento sísmico.
Los terremotos
El primer terremoto ocurrió al oeste de la ciudad de Gaziantep (alrededor de 2 millones de habitantes en su área metropolitana) a las 4.17 de la madrugada (hora local, 22.17 hora argentina, la diferencia horaria es de seis horas), con una magnitud de 7.8 (muy violento). La cantidad de víctimas se disparó porque muchos muertos y heridos estaban durmiendo cuando sus viviendas se derrumbaron. Se equiparó al sismo de Erzincan de 1939, que hasta el momento era el más fuerte en Turquía en la historia registrada de los seísmos. También es el más devastador desde el ocurrido en Izmit en 1999. El segundo terremoto ocurrió en la ciudad de Kahramanmaraş (más de un millón de habitantes) a las 13.24 hora local, con una magnitud de 7.5.
Estos violentos movimientos telúricos causaron daños generalizados en Turquía y Siria. Ambos fueron sucedidos por más de cien réplicas, muchas muy potentes, que aumentaron los efectos devastadores. En total, 14 países cercanos percibieron el movimiento.
Una crespense en Turquía
Oriunda de nuestra ciudad, vive en Turquía Bárbara Godoy, casada con el economista turco Oskan Yakar. La pareja tiene un hijo pequeño. Ella es docente universitaria y el marido trabaja en la industria petrolera. Viven a más de mil kilómetros de distancia de la zona afectada en las provinicias de Kahramanmaras y Gaziantep.
“Estoy viviendo en Esmirna (İzmir en turco), una ciudad con 4 millones de habitantes que queda sobre el mar Egeo, exactamente enfrente a Atenas (Grecia)”, comenzó el contacto con Paralelo 32.
Sobre la vivencia del terremoto, comentó: “Estamos a más de 1.200 kilómetros de dónde fue el epicentro. Aquí por suerte no se sintió la noche del sismo. La familia de mi marido es de Estambul, dónde tampoco se sintió el terremoto. Igualmente la situación nos atraviesa porque es de mucha gravedad”.
Agregó: “El pueblo turco es muy solidario y automáticamente la mañana después del terremoto se fijaron puntos en la ciudad para ir a donar sangre, donde había colas muy largas. Por otro lado, se fijó un duelo de 7 días y los colegios cerraron, no hay clases. Todos están colaborando. Hay distintos centros de recolección de ropa, mantas, alimentos, para enviar a la zona de catástrofe”.
Invierno crudo y refugiados
Sobre lo que están viviendo las poblaciones afectadas, Godoy comentó: “En esa zona el invierno es muy crudo, nieva y la temperatura es muy baja ahora, es una situación muy angustiante. Por otra parte, las ciudades afectadas eran muy pobladas, con muchos edificios”.
Un dato de la política inestable del Medio Oriente se coló por su relato: “Ahí viven muchos refugiados sirios que escaparon de la guerra”. Recordó que Turquía es el país que acoge a más refugiados en el mundo, especialmente provenientes de los extensos conflictos en Siria, Irak y zonas aledañas. “Por ejemplo, la ciudad de Hatay, una de las más afectadas por el terremoto, aloja a más de 400 mil refugiados sirios”, la misma cantidad que la población local residente.
Godoy destacó que, ante la grave emergencia nacional, “las líneas aéreas transportan gratis al que quiera ir a ayudar a la zona de la catástrofe o a los que quieran salir de allí. Los vuelos son sin costo. Ayer (por el miércoles pasado) estaba colapsado el aeropuerto de Estambul con la cantidad de voluntarios que iban a volar” hacia la zona de desastre.
Quién es
María Bárbara Godoy, de 41años, es abogada y trabajó en el Poder Judicial Federal de Paraná. Está casada con Özcan Yakar, economista relacionado con la industria petrolera, tienen un hijo. En 2019 el matrimonio se fue a vivir a Turquía. Actualmente se domicilian en Esmirna y la entrevistada es docente universitaria.
Bárbara es hija del matrimonio crespense conformado por Alfonso Godoy y Marta Goette. Es la cuarta de cinco hermanos. En marzo de 2021 había vuelto a Crespo para visitar a su familia. En esa oportunidad, concedió una entrevista a Paralelo 32, en la que habló sobre su nueva vida en Turquía.
Por qué ocurren los terremotos
Los terremotos en Turquía se deben al permanente reacomodamiento de la placa tectónica de Anatolia. ¿Qué es una placa tectónica? Por debajo de la superficie terrestre y los océanos, el planeta está dividido en rígidos pedazos de rocas duras que forman un rompecabezas, son las placas tectónicas. Están asentadas sobre el manto ígneo del interior de la Tierra, y se mueven sobre ese manto gelatinoso. Lentamente, al cabo de millones de años el movimiento de las placas transforma y cambia la geografía de los continentes. La placa de Anatolia está en permanente choque con la placa Euroasiática, ubicada al norte. De ese chocar y rozar permanente surgen, cada tanto, los terremotos. También el choque de placas produce las grandes estructuras del paisaje, como cordilleras, mesetas, valles y volcanes.
Los dos intensos terremotos del lunes pasado y sus réplicas se produjeron al momento de romper la tensión que genera la permanente fricción entre la placa de Anatolia y la Euroasiática. Las fuerzas de rozamiento se oponen al choque de placas y paralizan el movimiento durante décadas, hasta que la tensión acumulada es más fuerte y genera un violento movimiento en pocos segundos. Su consecuencia es el terremoto. El gran terremoto de Chile de 2010, por ejemplo, con una magnitud de 8.8, liberó la tensión entre las placas Sudamericana y Nazca (el choque entre estas placas generó hace más de 50 millones de años la Cordillera de los Andes, que sigue creciendo en altura). En ese violento sismo se corrió el paisaje tres metros al oeste en la ciudad de Concepción, una de las más afectadas; Santiago de Chile se movió 27 centímetros. Se calcula que en Buenos Aires, a 1.300 kilómetros del epicentro, el corrimiento fue de 4 centímetros hacia el oeste. Sumando de a centímetros en cada terremoto, al cabo de decenas o cientos de millones de años, los continentes terminan en otro extremo del globo terráqueo. La placa Antártica, por ejemplo, en más de cien millones de años de deriva, llevó el continente antártico desde la zona tropical al polo Sur.